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viernes, 1 de febrero de 2008

La familia a través del ciclo vital

Instituto Superior de Estudios para la Familia
Licenciatura en Ciencias de la Familia
Plante Monterrey


ENSAYO: La familia a través del ciclo vital

Así como el individuo crece, se desarrolla, madura y envejece a través de cambios y ajuste sucesivos, también la familia experimenta su propia secuencia de desarrollo. La familia es un sistema dinámico, que va cambiando y desarrollándose progresivamente a través del tiempo debido a cambios que se operan en su interior y por la influencia de un contexto social más amplio. Esta evolución de la familia se da a través de etapas que forman este ciclo vital.
Evolución histórica del concepto ciclo vital

Los estudios a los que se puede hacer referencia para seguir la construcción del modelo son principalmente dos. Uno es la aportación de Rodgers al XIII Congreso internacional de investigación sobre la familia (1973). El segundo es el de Hill y Rodgers en 1964.
En el período de 1900 a 1948 se pueden señalar tres corrientes que hicieron aportaciones a este enfoque evolutivo de la familia.

1) El ciclo de vida familiar como variable demográfica independiente. Aquí se considera al ciclo de vida familiar como un factor de control capaz de dar razón de algunos fenómenos.

2) El ciclo vital de la familia como proceso. Se toman en consideración el primer matrimonio, el nacimiento del primer hijo, el nacimiento del último hijo, la muerte de uno de los esposos y la del cónyuge superviviente.

3) La aportación de los estudios sobre el desarrollo humano. Las investigaciones sobre el desarrollo humano, que consideraban a la familia como ambiente natural de crecimiento, proporcionaron ideas para profundizar en el concepto del ciclo de vida familiar.

En el 1948, en la Conferencia nacional estadounidense a cargo de Evelyn Duvall y Reuben Hill, su objetivo era elaborar un cuadro de referencia por medio del cual se pudiera elaborar una descripción detallada de la historia típica de la familia desde su inicio, que se da con el noviazgo y la boda, hasta su disolución, con el divorcio o la muerte.

En 1950, surgieron nuevas aportaciones al enfoque evolutivo provenientes del campo de las teorías estructural-funcionales. A diferencia de antes, ya no se utilizaba el concepto de estadio de desarrollo para referirse a un miembro de la familia en concreto, sino a ésta como conjunto, como un sistema en el que existen una serie de tareas evolutivas familiares que se utilizan como criterios para distinguir los diversos estadios evolutivos.
A pesar de esto, el punto central de discusión era encontrar los criterios adecuados para poder definir cada uno de los estadios y más que nada, saber qué miembro o miembros se debían tomar como punto de referencia para determinar cada estadio.

Hasta aquí ya podemos definir el ciclo de vida familiar como la sucesión de momentos que caracterizan las operaciones de la unidad de vida familiar, desde la formación hasta la disolución. Este ciclo se compone de una serie de fases sucesivas. Duvall, toma en cuenta cuatro variables fundamentales para determinar los diversos estadios:
1) la presencia y la ausencia de hijos;
2) la edad del hijo mayor;
3) el grado de escolaridad del hijo mayor;
4) la combinación de los factores edad y status de la pareja casada.

A partir de estas cuatro variables fue que elaboró su esquema evolutivo comprendido por ocho etapas:
1. Familia en su comienzo: pareja que lleva casada 0 a 5 años; sin hijos
2. Familia inmersa en la generación y educación de los hijos: el hijo mayor puede tener hasta 35 meses.
3. Familia con hijos en edad preescolar: el hijo mayor tiene entre 36 meses y 5 años más 11 meses.
4. Familia con hijos en edad escolar: el hijo mayor, entre 6 y 12 años y 11 meses.
5. Familia con hijos adolescentes: el hijo mayor tiene más de 13 años y menos de 20.
6. Familia “trampolín”: desde la partida del primer hijo hasta que el último sale de la casa.
7. Familia de mediana edad: del “nido vacío” a la edad de la jubilación.
8. Familia anciana: de la jubilación a la muerte de uno o ambos cónyuges.

Hill (1977) a diferencia de Duvall, toma en cuenta un número de factores más amplio que pueden ayudar a diferenciar una etapa cíclica de otra. Define nueve estadios.
1. Constitución del núcleo familiar: cónyuges recién casados y sin hijos.
2. Familia formada por cónyuges que se convierten en progenitores: familia con recién nacidos o con niños de menos de 3 años de edad.
3. Familia con hijos en edad preescolar: niños de 3 a 5 años de edad, quizás con hermanitos o hermanastros.
4. Familia con hijos en edad escolar: el hijo mayor tiene de 6 a 12 años, quizás con hermanos o hermanastros.
5. Familia con adolescente: el hijo mayor tiene entre 13 y 19 años; quizás con hermanos y hermanastros más jóvenes.
6. Familia con joven adulto: el hijo con 20 años o más, hasta que no madura la perspectiva de dejar la casa paterna.
7. Familia trampolín: desde la partida del primer hijo hasta la del último.
8. Familia de cónyuges con hijos ya casados: desde que los hijos dejaron la casa paterna hasta la jubilación del padre.
9. Familia anciana: después de la jubilación del padre hasta la muerte de uno o de ambos cónyuges.

Ríos González, en su libro Manual de Orientación y Terapia Familiar, se remite a estos estadios propuestos por Hill. Vuelve a recalcar que su teoría es cíclica, ya que parte de una pareja, se pasa por una serie de estadios de desarrollo, para terminar con la misma pareja originaria. Este autor sigue los pasos de Hill con algunas modificaciones, especialmente en el punto uno, ya que el piensa que “el inicio de la familia” abarca mucho más que cuando la pareja se encuentra y establece los vínculos que van a ir reforzándose en pasos sucesivos.

1. El inicio de la familia
El autor resume el “conflicto básico” del comienzo de una familia en la dinámica y tensión que se desencadena al hacerse consciente de que se deben disolver ciertos lazos con la familia de origen (S.F.O.) de cada cónyuge y empezar a formar otros lazos más fuertes en la nueva familia creada (S.F.C.). Aunque esta tarea no es fácil, existen unos pasos que pueden orientar a lograr el objetivo.
a) Conseguir una adaptación de pareja – Entendiendo por adaptación, una adecuada respuesta significativa que permita una integración del sujeto a un determinado contexto, sin que suponga la pérdida de su propia identidad y que al mismo tiempo facilite la potencialidad del individuo. Hay que destacar que con el propio comportamiento se favorece o se anula este intento de adaptación que realiza el otro. Por último, una de las mayores dificultades para conseguir la adaptación, es la resistencia a renunciar a lo adquirido e incorporado en el S.F.O., ya que puede ser contrarrestado con la idea o hecho de que existe la necesidad de mantener vínculos afectivos con los miembros del S.F.O.
b) Establecer unos niveles de comunicación – La comunicación es un vehículo de información que genera lazos de relación entre los miembros de un sistema. Es importante tener en cuenta dos grandes tipos de comunicación; la comunicación verbal y la comunicación no verbal. Asimismo es importante saber también los niveles de comunicación, los cuales se dividen en; comunicación informativa, la información que se transmite se hace de manera fría; se informa lo que se ha hecho, visto oido o realizado. La comunicación racional, al tiempo que se transmite datos o hechos se comunican algunas consideraciones de tipo especulativo, reflexivo o intelectual al hilo de la noticia dada. La comunicación emotiva y profunda, al tiempo que se dan datos se transmiten sentimientos, afectos, emociones, y estados de ánimo.
c) Alcanzar unos cauces de encuentro y contacto – La familia posee unas capacidades de enriquecimiento de sus miembros que está condicionado por el adecuado o inadecuado cauce que encuentre para actualizar el contacto y encuentro que realicen los miembros entre sí.
d) Fijar unas metas de relación – La familia que comienza ha de realizar un trabajo tendente a fijar unos objetivos esenciales en torno a los que se estructura la relación, es decir, los cónyuges.
e) Crear unos confines respecto al S.F.O. de cada cónyuge – Marcar el propio terreno. Este tema es inevitable porque se debe delimitar muy bien el nuevo tipo de relación con los miembros del S.F.O. Las repercusiones de no tener estos límites son algunos como: intromisión de los padres de cada cónyuge en el estilo de vida, en la determinación de valores, metas, prioridades preferentes, implantación de modelos sociales, culturales, religiosos, políticos, etc.

2. El ser padres
Los objetivos conseguidos en el primer tramo del camino que ha de recorrer una pareja van a sufrir un cambio en el momento de nacer el primer hijo. El hecho de ser padres, exige un cambio fuerte en la realización de metas individuales y de pareja, hasta el punto de que la adaptación o comunicación ya adquirida, tendrá que ser reacomodada en función de las obligaciones de paternidad y maternidad que van a aparecer. Igualmente aparecen en los miembros de la pareja nuevas necesidades y se teme también, perder afecto del otro miembro por el acaparamiento que provoca el recién nacido.

3. La familia con hijos en edad preescolar
Se entiende por edad preescolar la etapa cronológica comprendida entre el nacimiento y el comienzo de la vida de relación en una institución educativa. Existe una gran variedad en cuanto a edades concretas en que esto se realiza, dependiendo de estatus social, económico, entre otros. En esta etapa tienen lugar procesos de capital importancia centrados en el tipo de relación que existe entre los padres y el hijo. Ejemplo; la relación afectiva con la madre, a través de la lactancia y el destete o en el aprendizaje de los primeros hábitos; y la relación afectiva con el padre, con el inicio de la identificación primaria.

4. La familia con hijos en edad escolar
Dentro de esta etapa se llevan a cabo procesos y metas muy importantes para el desarrollo como son la socialización, ya que el niño no es un ser aislado. Esta socialización se convierte en una de las más fuertes causas de evolución intelectual y afectiva del hombre. Otro punto importante a desarrollar es el juego, un punto de encuentro con el mundo de los otros. Asimismo, va adquiriendo una madurez afectiva y es cuando da un nuevo paso: el descubrimiento del amigo, el cual es un niño o compañero que se distingue de todos los demás, aunque no siempre sepa la razón por la cual lo prefiere. Por último, el enriquecimiento de la personalidad del niño no termina en cuanto haya adquirido a través de la identificación con la figura paterna, sino que al salir del hogar, el niño descubre un mundo nuevo, formado por adultos.

5. La familia con hijos adolescentes
La edad evolutiva tiene un punto, que es la adolescencia, al que han dado calificativos cargados de negativismo y del que se ha ocultado que en él, tienen lugar síntesis integradoras de trascendencia vital para lo que va a seguir: se ha ignorado que en esta etapa tiene lugar un fenómeno crucial para la estabilidad, cohesión y progreso de lo que será el adulto que va a nacer allí, este fenómeno es el de la identidad.
Un proceso muy importante en esta etapa, es el de la interiorización, el descubrimiento de la propia intimidad. Al interiorizar, el adolescente se siente inseguro. Este proceso necesita un clima determinado, como es el de permitirle realizar el descubrimiento de su intimidad sin críticas ni rechazos. Otro proceso es el de la adaptación social, y el empuje que motiva esta adaptación durante esta etapa se asienta en la necesidad de independencia con respecto al núcleo familiar de origen. Además de estos procesos, se presentan también algunas dificultades como en la esfera emotivo-afectiva, en la esfera social, en la escolar, en la vocacional-profesional, en la esfera de los valores y más. Todo esto, como se ha dicho, puede ser solucionado con una adecuada atención de los adultos y familia al adolescente y al mismo tiempo un cierto espacio propio de este sujeto y sólo así podrá salir de esta etapa sano y salvo.

6. La familia con hijos jóvenes y la rotura de dependencias
El comienzo de la edad juvenil puede situarse en el momento en que el adolescente tiene casi consolidada la propia identidad. No puede fijarse un tiempo en el que se termina el ser adolescente y empiece el ser joven porque la etapa adolescente se amplia cada vez más. Algunas de las características más importantes que deben de estar presentes en esta etapa son: la consolidación de la capacidad de amar, producir, comunicarse productivamente con los demás; la capacidad de de “separarse” de quienes le han creado, mediante la conquista de una independencia adulta y sana que le libere de los ligámenes primarios típicos de las etapas anteriores a la adolescencia; la capacidad de poner la madurez afectiva al servicio de la razón y la voluntad, etc. La no realización de estas características producirá en el joven actitudes que lo fijarán de modo inadecuado en los polos negativos de los conflictos de base que constituyen el armazón de esta estructuración personal.

7. La familia y la pérdida del control directo sobre los hijos
Es cuando el hogar empieza a vaciarse de hijos. La marcha normal de los hijos es para los padres una “pérdida de objeto” muy importante. Es importante recalcar que no es sólo la falta física del hijo lo que va a constituir un factor desencadenante de crisis, sino que se trata más bien de la toma de conciencia de que gran parte de la labor propia de la paternidad y maternidad ya no es necesaria para el hijo, es decir, los padres ya no le son imprescindibles.

Críticas
Estos diferentes modelos han recibido sus críticas. Tal es el caso de Rodgers, refiriéndose al primer modelo, de Duvall, afirma que el enfoque evolutivo solamente equiparaba la familia a algunos sujetos: el marido, la esposa y uno de los hijos, normalmente el mayor. Rodgers dijo que esto no lograba explicar adecuadamente las diferencias que se dan en el seno del núcleo familiar con el nacimiento de nuevos hijos. Y estos estadios no daban cabida a los llamados casos anormales, como es el caso de familias sin hijos, o familias de divorciados, etc.
Al segundo modelo, Rodgers aclara que la edad del hijo mayor no puede explicar adecuadamente las diferencias de cambio de rol que el nacimiento y crianza de los otros hijos crean en el seno del grupo familiar, ni razona suficientemente el paso de un estadio a otro.
El último período es característico por sus críticas. Estas publicaciones se dividen en dos grupos: las que analizan de forma crítica el concepto mismo, y las que tienden a verificar su consistencia en el plano empírico. Entre todas estas aportaciones está el trabajo de Trost (1974). Su crítica se refiere al valor empírico del método y sus dos puntos principales dicen que:
1. Desde el punto de vista general, el modelo fija y perpetúa un concepto tradicional de familia occidental.
2. Desde el punto de vista práctico, el modelo presenta fallos porque excluye muchas situaciones familiares como en las que hay un solo progenitor, no han tenido hijos, o los tuvieron antes de la boda.

A estás familias no incluidas se les llama anormales. Pero, aun y cuando se eliminaran las familias anormales, el modelo del ciclo de vida familiar no es un instrumento adecuado para explicar la realidad familiar.

Quizás, después de estas opiniones de Rodgers, la principal crítica que se ha realizado a la teoría del desarrollo familiar ha sido la de que ofrece una visión “normativa” del curso del desarrollo familiar.
Smith (1995) dice que esta teoría no es capaz de acomodar las múltiples variaciones en el desarrollo de la familia debido a las variaciones en los varones, prácticas y metas de diferentes grupos raciales y culturales.

Otros modelos
Mattessich y Hill (1987)
Propusieron la siguiente secuencia de los estadios que experimentan la mayoría de las familias: 1. Nueva pareja (sin hijos).
2. Familias con hijos (niños pequeños o en edad escolar).
3. Familias con niños escolarizados (uno o más en edad escolar).
4. Familias con niños en educación secundaria (uno o más en la adolescencia).
5. Familias con jóvenes adultos (uno o más con edades superiores a los 18).
6. Familias con hijos que ya han abandonado el hogar.
7. Familias con padres en edad de jubilación.

En este proceso, en el que se va pasando a través de una serie de estadios. El paso de uno a otro ocurre cuando se producen cambios en la composición familiar, provocando un cambio también en su estructura; estos cambios, a su vez, tienen efectos en el funcionamiento y bienestar familiar. En cada uno de los estadios, la familia tiene que completar tareas específicas para el éxito en el desarrollo individual y familiar.

Teoría del desarrollo familiar según Carlfred Broderick (1988)
Broderick notó que el equilibrio entre los recursos familiares y las obligaciones familiares iba cambiando con los años a lo largo de la existencia de la familia. A medida que los niños continúan llegando y creciendo las demandas, comienzan a superarse los recursos disponibles.
Broderick sostiene que el trabajo de Paul Glick (1947) fue el responsable de introducir estos conceptos en el cuerpo principal de la teoría e investigación sobre la familia, ayudando así a consolidar el marco conceptual del desarrollo familiar. Este mismo marco conceptual sería formalizado y sistematizado por Evelyn Duvall y Reuben Hill en 1951.

Klein y White (1996)
De acuerdo con ellos, la teoría del desarrollo familiar se centra en los cambios sistemáticos que experimenta la familia a medida que va desplazándose a lo largo de los diversos estadios de su ciclo vital. Según esta teoría, las familias atraviesan una secuencia predecible de estadios a lo largo de su ciclo vital y las transiciones de un estadio a otro están causadas por los procesos individuales y familiares, y también por normas sociales, sucesos históricos y condiciones ecológicas.

La mayoría de los modelos descritos por los diferentes psicólogos a lo largo del tiempo, coinciden en varios puntos. Esto, desde mi punto de vista, facilita su estudio ya que al no haber muchos cambios en las diferentes teorías se puede seguir una línea de estudio mucho más coherente y se pueden ir complementando sin necesidad de anular contenidos.

A esto, queda decir que se puede afirmar el modelo de ciclo de vida familiar es un instrumento adecuado para la investigación empírica si se lo utiliza para verificar contenidos evolutivos, o cambios relativos a la variable tiempo, sin considerar el modelo aplicable a cualquier tipo de familia.

Así también, como dice Estrada Inda en su libro “El ciclo vital de la familia”; dos principales ventajas de trabajar con el ciclo vital como herramienta son:
1. Que este concepto permite llegar con menos dificultades al diagnóstico.
2. Que brinda la oportunidad de reconocer casos similares en diferentes familias, ayudando a saber el camino por el cuál dirigirse para una intervención terapéutica oportuna.
Por último, creo que al analizar todo el texto, puedo estar segura de que esta herramienta de la que he hablado, aun y cuando tenga sus defectos y sean ciertas las críticas al respecto, puedo utilizarla como un medio para llegar a un mejor diagnóstico y por consiguiente un mejor tratamiento del caso o crisis que se presente ante mi buscando una solución.

Bibliografía
* Cusinato, M. (1988) Psicología de las relaciones familiares, Bologna; Barcelona, España (1992). Editorial Herder. Cap. 1, p. 37-82
* Gracia Fuster E., Musitu Ochoa G. (2000), Psicología Social de la Familia. Barcelona España. Editorial Paidós. Cap. 5, p.133-140
* Estrada Inda, L. (1997) El ciclo vital de la familia. México. Editorial Debolsillo, Primera edición. Primera parte, p. 17-19.
* Ríos González, J.A. (sin fecha de publicación) Manual de Orientación y Terapia Familiar. Editorial Instituto de Ciencias del Hombre. Cap. II, punto B. p. 62-182
* Carrasco B. E. Dr. Curso salud y desarrollo del adolescente. Modulo 1, Lección 3. Familia y adolescencia. Consultado el 6 de noviembre de la base de datos de Google en:
http://escuela.med.puc.cl/paginas/ops/curso/Lecciones/Leccion03/M1L3Leccion.html
* Cibanal L. (2004) Familia y ciclo vital. Introducción a la sistémica y terapia familiar. Consultado el 7 de noviembre de la base de datos de Google en: http://perso.wanadoo.es/aniorte_nic/apunt_terap_famil_5.htm

Materia: psi 304 - Int. a la Psicología de la pareja y fam.
Profesora: Lic. Elia A. Martínez L.

Alumna: Karla Mariana Mitre Núñez
Matrícula: 2006 MO 00235

Monterrey, N.L., a 15 de noviembre de 2007